En el modelo de la regla benedictina había dos clases de frailes: los clérigos (con formación superior y Orden Sacerdotal) y los legos (sin formación pero con oficio). Unos y otros hacían votos de pobreza, obediencia y castidad. Y todos eran frailes. En las órdenes monásticas (como la del Císter), los clérigos ocupaban todos los cargos de poder y los legos se encargaban de los trabajos y servicios domésticos.
Sin embargo, en las órdenes militares-religiosas (como la de Calatrava) el poder del convento y de la Orden estaba en manos de los caballeros legos. Los clérigos se limitaban a prestar los servicios religiosos y sacramentales a los caballeros legos y no cumplían ninguna función militar en el exterior. Sólo podían empuñar las armas para defender su convento, en el caso de sufrir un ataque externo.
Así, únicamente los caballeros legos iban a luchar como soldados a los campos de batalla. Cuando los caballeros no estaban en campaña, hacían vida conventual y asistían al coro para el rezo de las horas, como cualquier fraile de vida monástica.
Así, únicamente los caballeros legos iban a luchar como soldados a los campos de batalla. Cuando los caballeros no estaban en campaña, hacían vida conventual y asistían al coro para el rezo de las horas, como cualquier fraile de vida monástica.
Los frailes de las órdenes militares-religiosas, además de los votos religiosos de pobreza, obediencia y castidad, tenían un compromiso fundamental: la lucha contra los infieles. Por eso, para distinguirse de los frailes de las órdenes monásticas, se hacían llamar freyles.
Fotos : Forjadores del Tiempo , Sergio Moj.
Dibujante : Pedro Camello
Fotos : Forjadores del Tiempo , Sergio Moj.
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